viernes, 24 de junio de 2011

¿Todo para la escuela, muy poco para nosotras mismas?

Muchos de nosotros suele recurrir a la experiencia de haber pasado por el período de escolaridad, cuando queremos opinar sobre algún tema relacionado con la educación. Si bien, estamos en todo nuestro derecho, cuando ya somos parte de los apoderados de una escuela, se suele realizar críticas no constructivas, con respecto a la labor de la escuela, o bien, de la profesora de nuestros hijos. Pero, ¿Nos damos el tiempo de colaborar o nos disponemos a ayudar cuando ocurre algún hecho que nos incomoda?

La cara visible de la escuela, es, sin duda alguna, la profesora o profesor. Esa persona es quien debe responder ante la inquietud de apoderados, o recibir aquellos reclamos de diversa índole que ellos emiten. Dentro de todas las cosas que debe hacer una profesora, en este caso, es de educar a los niños, bajo los enfoques que exige la educación hoy, las orientaciones por las que se rige la escuela, y lo que se exige un profesional de la educación con vocación.

Sin embargo, cuando se da el caso de que una profesora responde y cumple su función, asume tareas que no corresponden, pero que la escuela exige, y da todo su tiempo para la escuela, pero ésta no retribuye con la docente, ante las demandas que permiten y facilitan el proceso de enseñanza y aprendizaje, ¿es justo dar todo para la escuela y dejar muy poco para uno?

Considero que la señora Gabriela dijo esto, pensando en esa vocación que se alimentaba cada día de las risas de sus estudiantes, la que más allá de ser lo que todo docente desea para llenar su espíritu; es sin duda, porque ella era quien dirigía su propia escuela, y quien seguramente, contaba con apoderados que eran capaces de realizar un comentario y critica de tipo constructiva, pensando siempre en el bienestar de los niños de la escuela.

Viendo a la escuela hoy, con sus demandas, necesidades y carencias, tenemos el caso de una escuela que es particular subvencionada, la que en un primero básico  cuenta con cuarenta y siete niños; que impone una metodología que requiere materiales de los que no dispone (Metodo Matte), no cuenta con asistente, y donde la profesora jefe tiene a cargo dos jefaturas, la que por lo demás sus horas de colaboración la dispone la administración del establecimiento para realizar reemplazos y “cuidar cursos” ¿Qué cree usted que pasa con esta profesora, considerando que tiene una familia por cual velar? ¿Es justo que dé todo por su escuela?

Desde mi experiencia, me hubiese gustado haber sido profesora en los tiempos en que Gabriela tomaba las decisiones pensando en el bien común de toda su comunidad educativa; ya que si hubiese estado viva en nuestro Chile de hoy, estaría en algún psiquiatrico de Santiago al ver que este tipo de establecimientos sólo vela por la cantidad de matrículas, y no trabaja para la escuela en sí misma y mucho menos, recuerda que los profesores son personas, que tienen sentimientos y emociones, y sobre todo Vocación.

Ingrid Palomino

lunes, 20 de junio de 2011

                                          
El Origen del Español
 
¿Qué es la literatura ?
 Ratoncito mañanero

Inquieto ratoncito mañanero
aun no ha salido el sol
y ya se acicala con esmero
atusa sus largos bigotes
presumido se mira al espejo
sonríe al verse tan guapo
con su pijama de quesos
!cuidado que es coqueto!
Es un día muy especial
tono nervioso mira la hora
no quiere ningún contratiempo
es padrino de una boda
Lleva un bonito traje
zapatos negros de charol
de corbata un spaghetti
perfume de roquefort
!vivan los novios!
no para de tirar arroz
se acerca a una rubia ratoncita
bailan una bachata los dos.


CAJA DE SUEÑOS


Ha llegado el tiempo de dormir,
he lavado mis dientes,
tengo mi ropita verde gris,
voy a rezar mis oraciones
para abrir la caja de los sueños,
donde de ese reino
los niños somos los dueños.

Y viajando por ese mundo eterno
que forja naves de ilusiones,
los niños somos valientes,
luchando con grandes dragones,
siendo rescatadas las niñas
por su príncipe encantado,
o tal vez de vacaciones
en algún lugar dorado.

Caja de sueños amiga,
anhelo abrirte en las noches,
donde me pierdo y me encuentro
rodeado de mil emociones.
 La Oveja

La oveja bala,
(a base de balidos
las ovejas se comunican
con sus vecinos).
La oveja es torpe,
sólo se sabe una letra
la be.
Me dice: -Be,
Be,
Be.
(Me voy)

TRES ROSAS AMARILLAS (Gonzalo Rojas, 1917-2011)

I
¿Sabes cómo escribo cuando escribo? Remo
en el aire, cierro
las cortinas del cráneo-mundo, remo
párrafo tras párrafo, repito el número
XXI por egipcio, a ver
si llego ahí cantando, los pies alzados
hacia las estrellas,



II
Del aire corto
tres rosas amarillas bellísimas, vibro
en esa transfusión, entro
águila en la mujer, serpiente y águila,
paloma y serpiente por no hablar
de otros animales aéreos que salen de ella: hermosura,
piel, costado, locura,



III
Señal
gozosa asiria mía que lloverá
le digo a la sábana
blanca de la página, fijo
que lloverá,
Dios mismo
que lo sabía lo hizo en siete.

Aquí empieza entonces la otra figura del agua.

EL AGUA (Miguel Arteche, 1926)

A media noche desperté.
Toda la casa navegaba.

Era la lluvia con la lluvia
de la postrera madrugada.

Toda la casa era silencio,
y eran silencio las montañas
de aquella noche. No se oía
sino caer el agua.

Me vi despierto a medianoche
buscando a tientas la ventana;
pero en la casa y sobre el mundo
no había hermanos, madre, nada.

Y hacia el espacio oscuro y frío
y frío el barco caminaba
conmigo. ¿Quién movía
todas las velas solitarias?

Nadie me dijo que saliera.

Nadie me dijo que me entrara,
y adentro, adentro de mí mismo
me retiré: toda la casa.

Me vio en el tiempo que yo fui,
y en el seré la vi lejana,
y ya no pude reclinar
mi juventud sobre la almohada.

A medianoche busqué
mientras la casa navegaba.
Y sobre el mundo no se oyó
sino caer el agua.

Adios

En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción.
Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
«Vamos hacia el mar
que devora al Sol».
Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
«Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol».
Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y el
alucinación.
No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos...
Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!.

                                                   Gabriela Mistral



sábado, 18 de junio de 2011







Nosotros Maribel Letelier, Ingrid Palomino, y Wilimiam Berasaín te damos la bienvenida a nuestro blog del sentimiento de las palabras, aquí encontrarás , documentos relevantes a historia de la literatura , y principalmente cómo es que las personas sienten cerca la poesía a través de las palabras.

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poemas de las palabras

                                            
Paco Ibañez

Tus palabras - poema



! Que tus palabras sea como
aguas mansas pero en constante
movimiento, que con paciencia
se van abriendo camino.


! Que sean una bendición para
los campos áridos, que sean
dadoras de vida para todas
las plantas que se nutran de
tus palabras convertidas
en agua.


! Que con dulzura se introduzcan
en la vida de los sedientos, que
necesitan de un trago para seguir
viviendo, no te fijes quien se
aprovecha de ellas, simplemente
fluye.


Las palabras pueden ser una poesía,
una frase celebre, un consejo, un cuento,
una felicitación, una reflexión, incluso
hasta un chiste, sin embargo deben
seguir un cauce de amor para que
llegue a todos.


! Pero ten cuidado porque
tus palabras pueden ser también
en un momento dado, como las
aguas que bajan con fuerza .


! Veloces
y turbulentas ,
destructivas y mortales,
pues a su paso se desbordan
y ahogan.


Esta diferencia radica ,
en los sentimientos
que nos embargan en el momento que
las emitimos.


De cada quien depende
que nuestras palabras den vida o por
el contrario destruyan y asesinen.


! Transformémonos igual que el agua !


! Que nuestras palabras y pensamientos
cuando no sean positivos que se conviertan
en hielo, y queden mudas y estáticas. !


! Que cuando sean para compartir
estas sean liquido, que se usa
para conservar y crear la vida.


! Y que sean vapor,
cuando queramos que estas lleguen a las alturas,
para que el Buen Dios,
las distribuya mas sabiamente en forma de lluvia,
a todos sin distinción.!


! Benditas sean todas las palabras
de amor, que de ti procedan, pues
eso demuestra que tu corazón
esta en buenas manos.!
autor
Sergio Perez Castañeda
Bebo
Ensenada Baja California , Mexico

con amor
bebo

Las palabras




No me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro

si usted habla de progreso
nada más que por hablar
mire que todos sabemos
que adelante no es atrás

si está contra la violencia
pero nos apunta bien
si la violencia va y vuelve
no se me queje después

si usted pide garantías
sólo para su corral
mire que el pueblo conoce
lo que hay que garantizar

no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro

si habla de paz pero tiene
costumbre de torturar
mire que hay para ese vicio
una cura radical

si escribe reforma agraria
pero sólo en el papel
mire que si el pueblo avanza
la tierra viene con él

si está entregando el país
y habla de soberanía
quién va a dudar que usted es
soberana porquería

no me gaste las palabras
no cambie el significado
mire que lo que yo quiero
lo tengo bastante claro

no me ensucie las palabras
no les quite su sabor
y límpiese bien la boca
si dice revolución.
                           Mario Benedetti
                                          

                                                            



domingo, 12 de junio de 2011

Educar en base al rol inherente de ser profesor

El compromiso que se adquiere al optar por convencimiento vocacional el ser profesor e impartir lo mejor posible herramientas a los alumnos para que puedan desenvolverse en sus vidas, tiene directa relación con la afirmación que a continuación presento “enseñar siempre: en el patio y en la calle como en la sala de clases. Enseñar con actitud, el gesto y la palabra”. Es factible sin embargo sería excesiva la instrucción y el desgaste por parte del preceptor, ya que se debe abarcar mesuradamente el compromiso de la educación con el fin de hacerlo responsablemente y con probidad, pensando en la formación y en el futuro de nuestros niños. ¿Podrá alguien tener la compostura de dar buen ejemplo todo el tiempo?  Pues no lo creo, y tampoco será saludable si es que se esfuerza en lograrlo, ya que el rol debe llevarse a cabo precisamente en la escuela, fuera de esta será una instancia de ciudadano común, con errores y desaciertos.
 No hay que olvidar que ser maestro es estar en posesión de estrategias de transmisión de cultura; es decir construir en el espíritu y la inteligencia, en su acervo cultural y estimular todo lo que en el alma infantil haya de bondad y belleza, de aspiración a la total realización que debe contar un niño, proyectando valores con su ejemplo y actitudes a fines con el compromiso de la educación formal.
Es conocido que los escolares hoy en día están rodeados de factores de riesgo, no debemos olvidar eso. ¿Pero será un factor de riesgo en las vidas de estos alumnos  la ausencia de un buen clima afectivo proveniente de sus propios hogares? O son excusas para comprender el rendimiento de los escolares. Pienso que es una de las falencias y muro a vencer, ya que a ello se suma una baja autoestima escolar junto a la  ausencia de habilidades sociales, así existe un alto riesgo de padecer frustración y desesperanza. Entonces debemos potenciar y favorecer un clima escolar positivo que lo estimule a aprender continuamente.
Por otra parte, el individuo que no ejerce el concepto de igualdad en su propia vida, es un ente destinado al fracaso en todo ámbito de la sociedad. No podemos vivir normalmente en ambientes de opresión y desigualdades puesto que el ser humano comienza a mutar y distraerse. La equidad se debe llevar en todo momento sin excepciones. Es aquí cuando realmente podemos desenvolvernos y fomentar a los demás la igualdad en nuestras vidas; por ejemplo en clases debería considerarse un trabajo pedagógico basado en desarrollar contenidos conceptuales, de procedimientos y por supuesto actitudinales. Así les entregamos la oportunidad a los alumnos de aprender a convivir en armonía y a comunicarse de modo coherente, socializar pasivamente y no ejercer violencia de ninguna índole. Entonces es aquí cuando toma veracidad la frase: “Al hablar de equidad, con respecto a la idea de que más puede enseñar un analfabeto que un ser sin equidad”.
Dentro de las diferentes formas de vivir, las personas debemos aprender y dominar el valor de la prudencia, ser respetuoso y muy sutil para dar a conocer controversias o expresar opiniones, ¿Pero es conveniente decir todo lo que se piensa? según la frase “Todo se puede decir, lo importante es la forma; se refleja una muy acertada idea a primera vista. El mensaje directo, asertivo y sutil es un mensaje invasivo pero con tacto. Este tendrá que ser capaz de cambiar y mejorar los errores nada de esto será fácil. Puesto que hay que tener claro que los elementos negativos forman también parte de nuestro ser y enseñar el bien supone la previa noción del mal. Y ahora esta pregunta dirigida a la conciencia moral de los que se hallan comprendidos en ella: ¿serán los  cuatro años de Universidad suficientes para que el profesor  se forme como un hombre  culto y posea el juicio suficiente para decir lo que piensa y merecer ser escuchado con atención? La formación en la universidad no basta para hacer al maestro de ninguna forma. Y quien, luego de pegar y mostrar con  orgullo su diploma se disponga a cumplir su tarea sin otro esfuerzo, ése es desde ya un maestro condenado al fracaso seguramente. Los profesores debemos perfeccionar nuestro modo de expresión, de decir las cosas directamente buscando un cambio y una mejoría en las personas sin caer en ofensas ni humillaciones. Así es como debiéramos actuar a diario en nuestras vidas y buscando el bienestar en los alumnos como objetivo a lograr.
 Williams Berasain

viernes, 3 de junio de 2011

Ensayo

“Para corregir no hay que temer, el  peor maestro con miedo”.
Estamos en el  siglo XXI y sin lugar a dudas las cosas  han cambiado mucho, vivimos en una sociedad en donde la tecnología es fundamental, las personas viven apuradas y el tiempo es escaso. La educación, por su parte, no ha estado exenta de estos cambios, y los profesores pasamos por grandes debates políticos para mejorar nuestra práctica.
Los docentes tenemos la labor de educar, que gran labor. Más aún cuando tenemos tanta presión rondando nuestro quehacer. La familia nos critica constantemente, los políticos nos dictan leyes supuestamente para mejorar, los sicólogos opinan y nos pretenden enseñar a enseñar, y a todo esto se le debe agregar las exigencias de la dirección, jefes técnicos y nuestra familia; esa que a veces parece tomar un tercer lugar dentro de tantas obligaciones.
Cuando asumimos que en nuestro trabajo debemos estar constantemente reforzando valores y corrigiendo ciertos actos en nuestros alumnos, recuerdo esta frase de nuestra Gabriela Mistral: “para corregir no hay que temer, el peor maestro con miedo”, no puedo hacer más que cuestionarme qué sucede con este temor que me invade a diario y a su vez,  si elegí bien mi carrera profesional o simplemente equivoqué el rumbo. Así es, muchas veces incluso hemos escuchado de nuestros directivos el famoso término “debemos cuidarnos las espaldas” o  “hay que resguardarse” como si fuera una lucha de poderes entre alumnos, apoderados y docentes.
¿Tenemos miedo? Sí, y no es sólo el temor a perder el empleo, y todo lo que repercute en ello, sino más bien el temor que acecha nuestro actuar. Cuando llamamos la atención a un alumno, viene el apoderado con una versión tergiversada de los hechos, que no quiere escuchar ni abrirse al diálogo y dice sentirse ofendido o reclama discriminación hacia el alumno, o simplemente se dirige a la oficina de una corporación y deja constancia de un hecho en el cual nosotros no tuvimos derecho ni siquiera a una explicación. Es entonces aquí, donde me doy cuenta que las cosas han cambiado, me pregunto ¿qué pasó con el respeto que antiguamente se le tenía al profesor, al maestro?
No puedo evitar recordar mis tiempos de infancia y de estudiante, aquellos en los que se revisaba los puños de la blusa y el pañuelo, y el maestro corregía sin temor a quién no cumplía con estos hábitos de higiene y nadie se sentía ofendido por esta práctica pues se asumía como corrección. Hoy no nos atreveríamos a hacer algo así, pues al día siguiente estaríamos envueltos en un episodio de discriminación o abuso de poder.
Así es, las cosas han cambiado. No hay nada que decir frente a esto, y antes de corregir un acto de nuestros alumnos debemos ser cuidadosos de lo que queremos decir y cómo lo diremos, pues nos invade el miedo de lo que pueda suceder después. Estamos temerosos en nuestro actuar, no queremos decir cosas que nos causen problemas, no queremos perder el empleo y finalmente retomando la frase de nuestra poetisa, podemos decir qué malos docentes somos, pues aunque no queramos debemos asumir que sí, tenemos miedo.

Maribel Letelier Aravena